Los siguientes signos clínicos han sido identificados como característicos de la evolución del TDAH durante la etapa preescolar y determinan un claro perfil clínico:
1. Pobre desarrollo del juego social (asociativo-cooperativo).
2. Preferencia por los juegos deportivos sobre los educativos.
3. Actitud “desmontadora” ante los juguetes. Pobre interés sostenido por el juego con juguetes.
4. Retraso en el lenguaje. El lenguaje es crucial en el desarrollo de las habilidades relacionadas con la tolerancia a la frustración, la flexibilidad cognitiva y la adaptabilidad en las competencias sociales. La mitad de los niños que tienen retrasos del lenguaje también tienen problemas de conducta, demostrando la relación entre comportamiento explosivo y retraso en el habla.
5. Retraso en el desarrollo de la motricidad fina adaptativa: “torpeza motora”. Algunos estudios prospectivos canadienses demostraron que el 80% de los casos de los niños torpes y con dificultades de lenguaje en la edad preescolar fueron posteriormente diagnosticados con TDAH.
6. Dificultades para el aprendizaje de los colores, los números y las letras. El TDAH es una causa importante de dificultades académicas ya desde la etapa preescolar. El 30% de los casos tiene también alguna dificultad del aprendizaje durante preescolar o primaria. Los niños hiperactivos muestran desde los primeros años una predisposición para aprender menos y un retraso que se hace patente en las habilidades académicas básicas como las tareas de prelectura, la adquisición de conceptos matemáticos simples y las habilidades de motricidad fina-adaptativa. Algunas de las dificultades académicas más importantes son la confusión de letras y números, la falta de comprensión del habla y la torpeza motora, es decir, una lentitud en el desarrollo del lenguaje o de la coordinación motora. Deben advertirse ya en el parvulario un retraso en el desarrollo del habla y el lenguaje (que suele ser el primer signo) como la recepción, expresión y fluencia verbal, los problemas para encontrar y nombrar palabras y la falta de interés por aprender (desarrollar aquellas tareas para las que tienen dificultades: escribir, colorear o dibujar).
7. Dificultades en el desarrollo gráfico y comprensión de la figura humana en el dibujo.
8. Inmadurez emocional.
9. Rabietas y accidentes en el hogar o en la escuela.
Tomado de: Tratamiento a medida del TDAH desde la primera infancia hasta la adolescencia. Dr. Francisco Montañés Rada Profesor del departamento de Psicobiología, Facultad de Educación, Universidad Computense de Madrid. Responsable de Psiquiatría, Fundación Hospital Alarcón. Responsable del Programa de Psiquiatría Infantil.