La teoría del apego (Bowlby)

John Bowlby se formó como psicoanalista, y fue supervisado por Melanie Klein. Se relacionó inicialmente con el “grupo independiente” (1) de la TRO, y tempranamente se opuso a lo que consideró el dogmatismo del psicoanálisis “ortodoxo”. Su teoría fue muy descalificada inicialmente por el establisment psicoanalítico.
El apego implica:
CONDUCTAS DE APEGO: a) buscar y mantener la proximidad b) resistirse a la separación y protestar si esta se consuma c) usar la figura de apego como base de seguridad desde la que se explora el mundo físico y social d) sentirse seguro buscando en la figura de apego el bienestar y apoyo emocional.
REPRESENTACIÓN MENTAL
SENTIMIENTOS
Teoría del apego y psicoanálisis
La teoría del apego no es incompatible con la perspectiva psicoanalítica (aunque sí con determinadas propuestas de algunos psicoanalistas), aunque éste ha sido un tema controversial. Para algunos psicoanalistas contemporáneos es de particular interés articular la teoría del apego con la psicoanalítica.
Sin embargo, la teoría del apego también podría relacionarse con otras teorías del desarrollo psicológico, como las cognitivo-conductuales.
Elementos en común teoría del apego y psicoanálisis:
1. Importancia de las experiencias tempranas.
2. Internalización de pautas relacionales (“objetos internos” para el psicoanálisis; “modelos operantes” o “activos” para la teoría del apego).
3. En ambas se le da importancia a las “defensas psíquicas” aunque con énfasis distintos.
“(…) en líneas generales la teoría del apego puede ser considerada como descendiente de la teoría de las relaciones objetales. Sin embargo, el término de relaciones objetales es en sí mismo problemático, ya que puede referirse tanto a las relaciones con otras personas como a las representaciones mentales que se tienen de otro sujeto significativo”.
“Bowlby decidió abandonar el uso de la palabra objeto debido a que consideraba que era un término inexacto que se prestaba a interpretaciones diferentes, ya que la palabra objeto se vincula tanto a una concepción innata sobre el otro, que en opinión de algunos autores precede a la experiencia interpersonal, como a representaciones mentales de otra persona, que se originan en la vida real.
Además, el objeto puede ser considerado como un objeto total o parcial. Bowlby, en vez de referirse al cuidador primario como un objeto exterior, prefirió el término de figura de apego. En vez de considerar la representación interna del otro como un objeto interno, utilizó el término de modelo operativo interno de las figuras de apego (…)”. (2)

Aspectos diferentes de la teoría del apego y psicoanálisis “tradicional”
1. Mayor importancia de la teoría del apego a las experiencias reales con las figuras de cuidado.
2. El modo de construcción conceptual es distinto (más empírico y observacional en la t.a.), y a partir de elementos teóricos distintos: la etología (y una lectura distinta de la teoría de la evolución) y la teoría del control, por ejemplo, en la t.a.
3. La teoría psicoanalítica aparece más determinística y estática en su concepción de las etapas de desarrollo, respecto de la propuesta de diferentes caminos de desarrollo desarrollada por Bowlby.
4. El psicoanálisis le da mucha importancia a conceptos como las pulsiones que en la teoría del apego no tienen ningún rol.
Elementos centrales de la teoría del apego
John Bowlby postuló que los bebés nacen con una tendencia natural a buscar y establecer lazos emocionales íntimos con individuos determinados, dándole así una centralidad en el desarrollo de la personalidad a los vínculos afectivos, a su calidad y a su estabilidad.
La teoría plantea que esta necesidad de vínculo estable y selectivo se expresa tempranamente a través de diversos sistemas de conductas, que permiten establecer mecanismos de regulación del alejamiento-cercanía de sus figuras de cuidado.
“Sistemas” relacionales de expresión conductual del apego en el niño
1. El sistema de conductas de apego se refiere a todas aquellas conductas que están al servicio del mantenimiento de la proximidad y el contacto con las figuras de apego (sonrisas, lloros, contactos táctiles, etc.). Se trata de conductas que se activan cuando aumenta la distancia con la figura de apego o cuando se perciben señales de amenazas, poniéndose en marcha para restablecer la proximidad.
2. El sistema de exploración está en estrecha relación con el anterior, ya que muestra una cierta incompatibilidad con él: cuando se activan las conductas de apego disminuye la exploración del entorno.
3. El sistema de miedo a los extraños muestra también su relación con los anteriores, ya que su aparición supone la disminución de las conductas exploratorias y el aumento de las conductas de apego.
4. Por último, y en cierta contradicción con el miedo a los extraños, el sistema afiliativo se refiere al interés que muestran los individuos, no sólo de la especie humana, por mantener proximidad e interactuar con otros sujetos, incluso con aquellos con quienes no se han establecido vínculos afectivos.

Sistemas Relacionales en el Primer Año de Vida
Presentes desde el nacimiento:
Exploratorio
Afiliativo
Presentes desde la primera mitad del primer año
Conducta de apego selectiva (¿o es anterior?)
Miedo ante los desconocidos
Conductas para evaluar el apego
Despliegue de afecto
Búsqueda de consuelo
Confianza en pedir ayuda
Cooperación
Conducta controladora
Exploración
Respuesta en la reunión
El apego no sólo implica conductas. También el niño va configurando un modelo operante: “Los m.o. que un niño construye de su madre y de los modos en que ella se comunica y se comporta con él, y un modelo comparable de su padre, junto con los modelos complementarios de sí mismo en interacción con cada uno, (…), se establecen como estructuras cognitivas influyentes” (Bowlby, 1989). *
1. Se llamó así a una corriente del psicoanálisis inglés que, asumiendo la TRO, no se adscribió a la disputa entre Ana Freud y Melanie Klein ( Winnicott, Fairbain), y que le dio particular relevancia al “ambiente real” en el desarrollo..
2. Tomado de Valeria Rozenel (2006). Teoría del apego y psicoanálisis. Revista de Psicoanálisis, 24
*Tomado de Bowlby, J. (1969). El vínculo afectivo. Buenos Aires: Paidós