El juego es una manifestación que se presenta en los todos los seres humanos, los etólogos lo identifican como un patrón de comportamiento fijo ya que no hay humanidad donde no encontremos el juego (La razón histórica, 2018)
En diversas investigaciones nos mencionan que el juego es una necesidad vital para que el niño se desarrolle durante la infancia ya que gracias a él se practican ciertas habilidades que posteriormente ayudan en el aprendizaje y la maduración.
Aproximadamente en el XIX aparecen las primeras teorías sobre el juego, que surgen de las principales escuelas pedagógicas con una gran variedad de juguetes.
Con lo anterior Krauss (1990) citado de Meneses Moreno y Alvarado (2001, p120) nos dice que la teoría de la catarsis en el juego sirve como una válvula de escape para todas aquellas emociones reprimidas.
Sin embargo Carr, un psicólogo estadounidense, establece que la catarsis es el “drenaje” de la energía que tiene posibilidades antisociales. Por otro lado, Patrick, establece que las emociones fuertes, como el miedo o la cólera, causan una serie de cambios internos en el organismo lo que exponen a dar respuestas agotadoras, las cuales conducen al individuo a situaciones amenazantes. Con ello que el juego actúa como un catalizador de esa energía y ayudaría al cuerpo a recuperar su estado de equilibrio (Krauss, 1990 citado de Meneses Moreno y Alvarado 2001, p. 120).
Por todo lo anterior y lo que se sabe de diferentes teorías y corrientes psicológicas el juego es un activo que libera la energía y provee un canal aceptable para la agresión y las emociones ya sean positivas y/o negativas.
Sin embargo la teoría de la catarsis en el juego es muy poco aceptada actualmente, aunque se acepta más en las sociedades preindustriales (Krauss, 1990 citado de Meneses Moreno y Alvarado 2001, p. 120).
BIBLIOGRAFÍA
Meneses-Montero, M & Alvarado, M-Á. (2001). El juego en los niños: enfoque teórico. Costa Rica. Educación, 25. Pp. 113-124
La razón Histórica (2018). Aprendizaje y juego a lo largo de la historia. Revista hispanoamericana de las ideas 40. Pp. 23-31
