
Dispraxia

El término dispraxia proviene de dis (dificultad o anomalía) y praxis (práctica). Se le suele denominar "síndrome del niño torpe“. Es una alteración patológico psicomotriz que se manifiesta con una dificultad en el manejo del cuerpo, del espacio y del tiempo.
Puede afectar, a diferentes niveles, a la motricidad fina, la motricidad general y el equilibrio. No implica deficiencia intelectual, aunque es habitual que se acompañe de trastornos del aprendizaje, del lenguaje, motores y del desarrollo sensorial y emocional.
Características:
Torpeza y lentitud para ejecutar movimientos coordinados.
No pueden controlar los músculos para producir o secuenciar los sonidos.
Es habitual que se acompañe de trastornos del aprendizaje, del lenguaje, motor y del desarrollo sensorial y emocional. Por lo cual conduce a un deterioro en el proceso de aprendizaje.
Tanto los niños como los adultos afectados por este trastorno tienen dificultades para realizar las tareas habituales, tales como el arreglo personal, las labores domésticas y la conducción de vehículos.
Además, se les hace difícil mantenerse en un lugar de trabajo.

Causas:
Algunos especialistas apuntan que en edades tempranas la dispraxia podría deberse a lesiones cerebrales por inmadurez en el desarrollo de las neuronas o por anoxia (falta de oxígeno) durante el parto.