El consumo de sustancias entre los adolescentes puede ir desde la experimentación hasta algún trastorno grave por consumo de sustancias. Todo el consumo de sustancias, incluso el uso experimental, pone a los adolescentes en riesgo de problemas a corto, mediano y largo plazo, tales como accidentes, peleas, actividad sexual imprudente o no deseada y sobredosis.
Los adolescentes son considerados como una población vulnerable a los efectos del consumo de sustancias y con ello tienen un mayor riesgo de desarrollar consecuencias a largo plazo, como trastornos de la salud mental, bajo rendimiento en la escuela y trastorno por consumo de sustancias.
En la sociedad occidental moderna, el consumo de sustancias es una manera fácil para los adolescentes de satisfacer la necesidad normal de desarrollo que inclina a asumir riesgos y buscar emociones. No es sorprendente que el consumo de sustancias sea frecuente cuando los adolescentes crecen, y alrededor del 70% de los adolescentes prueban el alcohol antes de graduarse de la secundaria. Sin embargo, el consumo recurrente o continuo de sustancias es mucho menos frecuente. Incluso el consumo ocasional de sustancias es arriesgado y no debe ser trivializado, ignorado o permitido por los adultos. Las actitudes de los padres y el ejemplo que dan con respecto al consumo de alcohol, tabaco, fármacos y otras sustancias ejercen una poderosa influencia en el adolescente.
El alcohol es la sustancia consumida más a menudo por los adolescentes. Como se mencionó anteriormente alrededor del 70% de los estudiantes de último año de bachillerato (hacia los 18 años de edad) refieren haber probado el alcohol, aunque solo el 55% dicen haberse emborrachado alguna vez. El consumo excesivo de alcohol también es frecuente y casi el 90% de todo el alcohol consumido por los adolescentes se produce durante una borrachera. Una intoxicación alcohólica se suele considerar borrachera cuando se consumen más de 4 bebidas alcohólicas durante un periodo de 2 horas o menos. Sin embargo, cuando el peso corporal es bajo, como en las chicas más jóvenes, tan sólo 2 bebidas pueden causar una intoxicación suficiente para ser considerada una borrachera. Las borracheras ponen a los adolescentes en situación de riesgo de accidentes, lesiones, actividad sexual imprudente o no deseada y otras situaciones desafortunadas. Por estas razones, se debe disuadir a los adolescentes de que beban.
Por otro lado en 2017, alrededor del 8,8% de los estudiantes de secundaria refirieron consumo actual de cigarrillos (fumados en los 30 días anteriores), frente al 27,5% en 1991. Sólo alrededor del 2% de los estudiantes de secundaria refieren fumar todos los días.
Sin embargo con lo ya mencionado el consumo de otras sustancias entre los adolescentes sigue siendo un problema grave. La encuesta a nivel nacional de vigilancia del comportamiento de riesgo de los jóvenes realizada por los centros para el control y la prevención de enfermedades a nivel de estudiantes de secundaria informó que, en 2017, el 19,8% de los estudiantes de secundaria eran consumidores actuales de marihuana (porcentaje que está por debajo del 25,3% en 1995). Alrededor del 35,6% refirió haber consumido marihuana una o más veces a lo largo de su vida. En 2010, la tasa de consumo actual de marihuana superó por primera vez a la tasa de consumo actual de tabaco.
BIBLIOGRAFÍA
Levy, S. (2019). Uso y abuso de sustancias en adolescentes. Recuperado de: https://www.msdmanuals.com/es-mx/hogar/salud-infantil/problemas-en-los-adolescentes/uso-y-abuso-de-sustancias-en-adolescentes