Algunas pautas de actuación frente a algunos miedos infantiles

Miedo a MONSTRUOS, FANTASMAS, BRUJAS…
- Explícale que son fruto de su imaginación, que no existen, no son reales.
- En los cuentos casi siempre hay un villano que es malísimo (brujas que se comen a los niños, madrastras que envenenan, lobos que engañan y se tragan a las abuelitas). Estos cuentos causan un verdadero miedo a los más pequeños, porque no diferencian fantasía de realidad. Para ayudarles a superar este miedo proponle reírse del malo; por ejemplo, si te dice que hay un monstruo en el pasillo y le da miedo, le puedes responder: “como vaya, me lo como con patatas”. Así lo verá como algo divertido y burlón.
- Juega con él a buscar a tales personajes maléficos dentro del armario o debajo de la cama. Se trata de que advierta que no están, que no existen en la realidad.
- Dale un dibujo o un objeto protector.
- Los cuentos que traten esta temática son también buenos recursos.
- Vigila los dibujos animados y programas televisivos que ve. Los que tengan contenidos violentos o intervengan personajes malignos no son adecuados para los niños, porque para ellos todo es real.
- Tómate en serio sus miedos, no les restes importancia y ayúdale a vencerlos; apoyándole y transmitiéndole seguridad.
Miedo a la OSCURIDAD

- Los peques relacionan la oscuridad con la soledad y el desamparo. También representa el fin del día, de las actividades, juegos, de lo que es “divertido”. La ausencia de luz hace volar su imaginación. Su fantasía es desbordante y, les hace creer que la oscuridad esconde monstruos debajo de la cama, dentro del armario o detrás de las cortinas.
* Hablar con él, demostrarle cariño y comprensión, distraerle con las experiencias divertidas que ha tenido durante el día.
- Potenciar mediante cuentos, juegos, canciones, música relajante un contacto positivo y agradable con la oscuridad. Todo ello y un baño previo, le ayudará a tranquilizarse antes de ir a la cama.
* Elude aquellos cuentos infantiles que relacionan a los malos con la oscuridad.
- Los pilotos luminosos o las lámparas de luz tenue evitan la oscuridad total, constituyen buenos recursos. Además, no cierres las puertas de las habitaciones y coloca pequeñas luces en los enchufes del pasillo.
* No recurras a amenazas de castigos en el “cuarto oscuro”, si su comportamiento no es el adecuado. Y, no le hagas bromas desagradables, relacionadas con el tema.
- Practica juegos divertidos en la oscuridad durante el día, con las persianas de la habitación cerradas: gallinita ciega, sombras chinescas, juegos de espionaje o de búsqueda de objetos y tesoros escondidos, adivinanzas sobre lo que está tocando y no ve, el escondite, inventar conjuros para destruir a los monstruos… Le ayudará a familiarizarse con la falta de luz.
* Regálele un muñeco o un peluche que le haga compañía o que necesite de su cuidado. Esto contribuirá a sentirse más arropado, más protegido.
- Si llora y protesta cuando te has ido de la habitación, debes tener una actitud firme y, en ningún caso, le saques de su habitación cogido en tus brazos.
* Si aparece alguna pesadilla, no enciendas la luz para calmarle –será suficiente con la del pasillo-. Así no asociará luz a tranquilidad. En ningún caso, llévalo a tu cama. Le acompañarás un rato, necesita de tu presencia, comprensión y que le transmitas calma y seguridad. Acaríciale, escúchale y desvía su atención hacia cosas agradables.
- Enséñale el encanto de la noche, de las estrellas y de la ciudad iluminada.
Miedo a los CAMBIOS
- Los hábitos y rutinas aportan seguridad al niño. Cuando surgen situaciones que están fuera de su control o no comprende, cuando dejan de ser estables (cambio de casa, colegio, amigos, país,..) y de pronto se alteran, surge el miedo, al verse afectado su frágil sentido de seguridad, constituyendo una reacción natural de cualquier ser humano ante lo nuevo.

* Para evitar que los cambios le produzcan miedo, hay que anticiparse y contarle lo que va a ocurrir, que le hables de lo que está por venir con optimismo y esperanza, que le prepares para lo que vendrá, así disminuirás su inseguridad y su miedo.
Miedo a la SEPARACIÓN
- Lo sufre el niño cuando es alejado de sus padres, familiares o personas a las que se halla ligado afectivamente.
* Se puede manifestar en la dificultad para despedirse de sus padres, cuando tienen que ausentarse. Para ir minimizando ese miedo, dile siempre adiós –aunque llore y le cueste- y explícale cuándo vas a volver. De este modo, podrá confiar en ti. Si te escapas a escondidas sin despedirte, cuando descubra que te has ido, se sentirá abandonado, engañado y aumentará su inseguridad y temor. Es mejor hablarle abiertamente sobre tu ida -con un lenguaje claro y sencillo que pueda entender-, que mentirle o disfrazarle la realidad; pues así no le transmitimos tranquilidad, sino que estamos alimentando sus miedos.
- La actitud de los padres es fundamental, pues si mostráis ansiedad, tristeza o miedo ante la separación de vuestro hijo, acabaréis contagiándole. Por consiguiente, debéis aprender a controlar estas emociones

* Permitir al niño estar con distintas personas, así disminuiréis la dependencia excesiva de sus padres, y fomentaréis su sociabilidad. Se empezará con tiempos cortos, que se ampliarán progresivamente.
- Evitar las conductas sobreprotectoras y potenciar su autonomía, respetando aquellas decisiones que él tome y que sean posibles. Por ejemplo, “Quiero quedarme a dormir en casa de…”, “Yo me pongo los zapatos solo, que ya sé”, “Déjame a mi apretar el botón del ascensor”,… La sobre protección es una pauta educativa errónea y muy nociva para el niño. Apostar mejor por su independencia.
Tomado de: Ma. Luisa Villar. Algunos Miedos Infantiles